viernes, 13 de julio de 2007

Un nuevo mecanismo "reduce" las ondas de luz.



Durante más de un siglo, la ciencia sostuvo que la luz no puede enfocarse en nada que sea más chico que su longitud de onda. Para la luz visible este límite es de unos 600 nanómetros (mil millonésimas partes de un metro). Es lo que los físicos llaman el "límite de difracción".

Pero un científico argentino acaba de demostrar lo contrario: que si se hace pasar un láser por un fino disco en el que se grabaron en forma litográfica círculos concéntricos (como los de los anillos de los árboles) de dos materiales diferentes se puede enfocar el rayo en 50 nanómetros, un tamaño lo suficientemente pequeño como para divisar virus y nanopartículas.

"El asunto es controlar muy cuidadosamente el radio de los círculos y el ancho de los anillos -dice desde su casa en Ann Arbor, Estados Unidos, el doctor Roberto Merlin, autor del desarrollo-. Si uno lo hace bien de acuerdo con una receta que figura en mi trabajo, resulta."

Merlin, que obtuvo su licenciatura en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires en 1973 y más tarde se doctoró en la Universidad de Stuttgart, Alemania, reside desde hace décadas en los Estados Unidos. Actualmente es profesor de la Universidad de Michigan y miembro de la Sociedad Física Americana, de la Sociedad Optica Americana, de la Fundación Von Humboldt y de la Fundación Guggenheim.

Según explica, la diferencia entre una lente común y esta "superlente" es que la primera trabaja con ondas que los investigadores llaman del "campo lejano" y este desarrollo con las del "campo cercano", que decaen exponencialmente. "Las llamamos evanescentes", puntualiza. La lente con los diseños no refracta las ondas de luz, que es la manera en que funcionan las convencionales, sino que vuelve a formarlas.

En los últimos años muchos equipos estaban tratando de superar el límite de difracción de la luz visible, pero hasta ahora no se habían encontrado métodos efectivos para lograrlo. Trabajando con su equipo de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Michigan, Merlin desarrolló modelos matemáticos que eliminan los obstáculos. La universidad y los investigadores ya obtuvieron una patente que protege el desarrollo.

"Tenemos un modelo -cuenta Merlin-, pero el electromagnetismo es algo tan conocido que no hay ningún impedimento tecnológico como para que no se pueda hacer."

Según el científico, hay muchísimo interés en este tema de enfocar la luz más allá del límite de difracción clásico, entre otras cosas, porque permitiría aumentar drásticamente nuestra capacidad de almacenamiento de información. "Por ejemplo, el bit de un CD está limitado por el tamaño del láser que uno utiliza para leerlo -explica-. Aunque uno pudiera escribir cosas más pequeñas, el láser no podría leerlas. Pero este hallazgo permitiría utilizar la misma longitud de onda aunque se hiciera el punto de información muchísimo más pequeño."

La "superlente" también permitiría enfocar otro tipo de radiación electromagnética, como las microondas. "Usando la lupa con que los chicos enfocan el sol, el objeto más pequeño que uno puede enfocar mide medio micrón (millonésima de metro) -concluye Merlin-. Con este desarrollo, nosotros llegamos a seis nanómetros. Y si uno quisiera enfocar microondas, que tienen una longitud típica de 30 centímetros, con esta lente podríamos llegar a un micrón."
Fuente. Nora Bär

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