domingo, 27 de enero de 2008

Árboles-robot, una solución para reducir la contaminación en Lima



La contaminada ciudad de Lima dispondrá de árboles-robot, cada uno de ellos capaz de purificar aire suficiente para que respiren al día 20.000 personas, gracias a la iniciativa de una empresa especializada en la protección del medio ambiente.

Uno de estos "superárboles", como ya se conocen en la capital peruana a los purificadores urbanos, tiene la misma capacidad de absorber CO2 y emitir oxígeno que 1.200 árboles reales y de filtrar 200.000 metros cúbicos de aire al día.

La iniciativa parte de Tierra Nuestra, empresa peruana dedicada a la conservación a través del desarrollo tecnológico.

"Nos juntamos un grupo de ingenieros, economistas y financieros peruanos y empezamos a trabajar en cómo podríamos solucionar el tema; así presentamos el proyecto del purificador de aire y comenzamos a desarrollarlo", narró en entrevista uno de sus creadores, el ingeniero Jorge Gutiérrez.

Dos años después, el prototipo del purificador PAU-20 se ha erigido en el exterior del Ministerio de Producción de Lima, donde ha sido visitado, según Gutiérrez, por escolares y autoridades.

"No sólo de Perú, sino también de Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Chile, Corea, e incluso personalidades procedentes de París y Madrid", añadió el ingeniero.

Su funcionamiento es simple, reproduce "determinados procesos que se realizan de forma natural en la naturaleza, procesos termodinámicos, de presión, enfriamiento", es decir, la máquina recoge aire contaminado y lo devuelve limpio, explicó Gutiérrez.

Todo el proceso por un costo de tres dólares diarios.

El creador del "superárbol" afirmó que en otros países ya se han desarrollado proyectos similares, pero que todos resultaban inviables por su alto coste.

"Las máquinas desarrolladas en México o Chile proponían un consumo de entre 48 y 68 kilovatios por hora y un mantenimiento continuo, mientras que nosotros apenas utilizamos 2,5 kilovatios (el equivalente a 25 bombillas de 100 vatios) y alrededor de 60 litros de agua cada cinco horas", detalló el miembro de Nuestra Tierra.

En cuanto al coste de instalación, el objetivo es lograr que empresas con interés en labores de responsabilidad social se apunten como patrocinadores y que los purificadores de aire no supongan un costo para los municipios peruanos.

Aunque el proyecto ha sido especialmente desarrollado para la contaminada capital del país andino, rodeada de cerros de arena y donde nunca llueve, el objetivo es exportar los purificadores de aire.

"La idea es llevarlo a la mayor cantidad de países que tengan este problema y poder trabajar a escala mundial para mejorar la salud de las personas", aseguró Gutiérrez.

El PAU-20 ha sido admitido este año como candidato a los Rolex Award for Enterprise 2008, un galardón internacional que premia proyectos innovadores.

Para Gutiérrez, el "superárbol" permitirá mitigar los problemas que acarrea la contaminación, pero matiza que su principal función será la de concienciar a la población: "la única solución real y definitiva es que las personas se sensibilicen y dejemos de utilizar combustibles fósiles".

"Debemos tomar conciencia de que la salud es un bien tremendamente necesario para la vida (...) y cada miembro de la sociedad debe protegerse de la contaminación y por ello es necesario poner todo nuestro ingenio para resolverlo"

Fuente: IBL News, Rodolfo Coricelli

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domingo, 25 de noviembre de 2007

El precio de la extinción



Un equipo internacional de científicos advierte que la extinción de especies reducirá la productividad de las plantas en la Tierra.

En el análisis, recientemente publicado, un equipo de investigadores muestra que según las diversas especies de plantas se vayan extinguiendo en todo el mundo, los habitats naturales contendrán cada vez menos número de especies y serán cada vez menos productivos. Esta situación comprometerá los beneficios y recursos que los humanos conseguimos de la Naturaleza. La reducción de productividad podría llegar a ser del 50%.

Según Bradley Cardinale de University of California en Santa Barbara, y líder del estudio, el proceso mediante el cual las plantas crecen y producen biomasa es uno de los procesos fundamentales más importantes de este planeta.

La productividad de las plantas regula la habilidad de la Naturaleza para fijar el dióxido de carbono de la atmósfera, que es un potente gas de efecto invernadero, y cuyo aumento en los últimos años debido a la actividad humana está produciendo el cambio climático. Además, las plantas producen oxígeno, comida, madera, fibras e incluso biocombustibles. La extinción de especies comprometerá los beneficios que la Naturaleza proporciona a la humanidad.

El estudio consta de 44 experimentos repartidos por todo el mundo que simulan la extinción de especies vegetales y muestran que los ecosistemas con menos especies producen un 50% menos de biomasa que aquellos con niveles de diversidad altos.

Los análisis de estos investigadores proporcionan la más amplia prueba de que los habitats naturales, con gran variedad de especies, son más productivos. Esto ocurre parcialmente debido a que las comunidades diversas son más propensas a contener especies altamente productivas. Pero, y lo que es más importante, los análisis muestran que las comunidades ricas en especies son más productivas porque las plantas son más complementarias entre ellas en cómo usan los recursos biológicos.

Las distintas especies de plantas funcionan como un equipo de fútbol que tenga grandes jugadores que son muy productivos en goles y dominan el juego. Pero estos jugadores no podrían tener éxito sin la ayuda de muchos otros jugadores del mismo equipo no tan productivos en goles. Todos juntos son los que alcanzan el mayor éxito a la hora de que el equipo, como un todo, consiga golear.

En las comunidades de plantas hay grandes “estrellas” y plantas que las apoyan. Algunas plantas son tan productivas que dominan la productividad del hábitat al completo, pero las especies de apoyo las complementan ayudando a aumentar su productividad y la de toda la comunidad.

La extinción de especies es uno los cambios ambientales más pronunciados y graves de nuestro tiempo, y ya muchos científicos afirman que nos encontramos en medio de la sexta gran extinción en masa de la historia biológica del planeta, esta vez por culpa del ser humano. Según algunas estimaciones el 50% de todas las especies conocidas podrían extinguirse a final de siglo.

Cardinale pone de manifiesto que los experimentos realizados hasta el momento probablemente infraestimaban el impacto de la pérdida de especies en los ecosistemas. Desafortunadamente estos experimentos se realizaban durante sólo unos pocos años como para ver los efectos a largo plazo de la poca variedad en especies. En los experimentos que él y sus colaboradores han realizado, y que se prolongan durante más tiempo que el habitual, han detectado fuertes impactos sobre la productividad debidos a la pérdida de especies y han visto que este efecto se incrementa con el tiempo.

Sólo añadir, que los ecosistemas (o la Tierra al completo) son sistemas complejos en los que muchas especies están interrelacionadas. Tratar de salvar de la extinción al lince ibérico o al rinoceronte indio no tiene sentido si no preservamos los habitats donde viven, los colindantes, y por extensión los de toda la Tierra. Las plantas y otros “especies inferiores” o poco “simpáticas” a nuestros antropocéntricos ojos son tan importantes como las más famosas y bellas. Ninguna especie es mejor o peor que otra, todas cumplen su función. Una simple y humilde especie de bacteria puede ser fundamental para la supervivencia del resto de las especies de su ecosistema, especies que pueden caer, como las fichas de un dominó, una tras otra en un proceso de extinción imparable y sin límite.

La pérdida de estas especies no sólo nos privará de los recursos y beneficios de los que habla este estudio y de otros beneficios prácticos similares, además nos privará para siempre de todo el conocimiento que podríamos haber adquirido sobre estas especies únicas y de las complejas relaciones que mantienen entre ellas.

Fuente: University of California, Rodolfo Coricelli



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lunes, 17 de septiembre de 2007

Tecnología argentina que ayuda a volar .


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El avance de la tecnología nos lleva a pensar en operaciones complejas en términos de sencillez. En tal sentido, viajar en avión, por ejemplo, parece ser una operación relativamente sencilla... aunque en realidad lograr que ese avión funcione como corresponde involucra la interacción de tantos mecanismos que ni la imaginación podría abarcar.
Para lograr imaginarlos en movimiento, la tecnología de nuevo, nos da una mano. Un nuevo desarrollo hace posible “ver” mecanismos como el sistema de apertura de puertas, o el de orientación de los álabes, o paletas de las turbinas, los que pueden ser “simulados” en una computadora. Se trata de un software específico que permite saber cómo se comportará un mecanismo ante determinadas variables y –lo que es mejor- optimizarlo para lograr mejorar su funcionamiento.
El trabajo es el resultado de investigadores del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y fue realizado en el Centro Internacional de Métodos Computacionales en Ingeniería (CIMEC-INTEC), en conjunto con otros centros de investigación del mundo, en un proyecto subvencionado por la Unión Europea.
“El objetivo es hacer programas de computación que permitan sintetizar y concebir mecanismos que posean partes flexibles, como en este caso, la de los aviones”, explicó el doctor Alberto Cardona, sosteniendo en su mano un disyuntor que había sido probado con el programa de computación que ellos crearon en las instalaciones del CIMEC, en el Parque Tecnológico Litoral Centro.
Pero en realidad ése es nada más que un ejemplo muy pequeño de lo que puede hacer el software, capaz de optimizar el funcionamiento de los trenes de aterrizaje o los cierres de compuertas de un avión.

Aplicaciones

“Los constructores de aviones son grandes consumidores de este tipo de herramientas”, contó Cardona, en referencia a las potencialidades del software desarrollado. En este sentido, dijo que hay prototipos del software que están siendo probados por empresas de aviación: “Alenia está trabajando en el diseño de mecanismos de trenes de aterrizaje, y otros para cambiar la configuración de la forma de las alas de los aviones. Otra empresa está usando el software para evaluar los mecanismos que controlan las álabes”, pequeñas “alas” ubicadas dentro de la turbinas, que cambian de orientación en función de las condiciones de funcionamiento.
Concebido para la industria aeronáutica, el programa puede servir también para otras aplicaciones industriales.
“El software es una especie de caja en la que uno puede comenzar a describir, con bastante generalidad, qué es lo que se desea para lograr un resultado. La herramienta no está ceñida a una aplicación específica”, dijo Cardona.

El proyecto

El trabajo estuvo subvencionado por la Unión Europea. El CIMEC participó dentro de un consorcio también integrado, entre otras, por la Universidad de Cambridge y reconocidas empresas de aviación, como Alenia (dedicada a la construcción de piezas para aeronáutica), Snecma (turbinas de aviones) y ABB (materiales y componentes eléctricos y electrónicos).
En este caso, se pensó en especialidades complementarias capaces de sacar el mayor provecho posible al trabajo, que funciona casi “en cadena”. El CIMEC –por ejemplo- prepara un software que luego es probado por alguna de las empresas.
“Las empresas que participan del proyecto los ensayan, nos dicen si algo no anda, y vuelve de nuevo a nosotros. De esa manera, nos ayudan a validar que el correcto funcionamiento del software”, explicó el investigador.
Durante meses el software que “fabricó” el CIMEC fue probado por las empresas, y eso les permitió perfeccionar la herramienta. “Resulta interesante participar con empresas que hacen ingeniería de muy buen nivel, y poder responder a sus necesidades tanto desde el punto de vista técnico como en relación a los tiempos”, resaltó Cardona. “En las universidades no siempre sabemos adaptarnos a los tiempos de la industria y éste es un claro ejemplo de que se puede hacer”, concluyó.

Fuente. Agencia C y T A - Instituto Leloir. Por Romina Kippes

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sábado, 11 de agosto de 2007

Copiando los ojos de los animales




Inspirándose en la fisiología del ojo de los animales los bioingenieros quieren desarrollar nuevas tecnologías para mejorar las cámaras de video y otros dispositivos ópticos.
No sería la primera vez que el ser humano alcanza un logro tecnológico y luego se da cuenta que la naturaleza lo descubrió hace mucho tiempo. Tampoco es la primera vez que se inspira directamente en la naturaleza para desarrollar algo nuevo.
Los mecanismos biológicos han evolucionado, gracias a la selección natural, durante millones de años hasta alcanzar una solución óptima a un problema. En el caso de los insectos la estructura de sus ojos lleva sobre la Tierra cientos de millones de años desde que sus antepasados, unos artrópodos marinos, desarrollaran ojos facetados por primera vez. Como los trilobites, ya extintos, que contaban con ese tipo de ojos.
Algunos investigadores desean aplicar este tipo de “recetas” sobre problemas tecnológicos actuales y crear modernas tecnologías. Para ello utilizan una estructura tridimensional de polímero que imita los componentes del ojo de algunos animales, desde la lente a los detectores de luz.
Aunque los ojos de estos animales fueron estudiados hace mucho tiempo, es ahora cuando disponemos de la tecnología necesaria para poder replicarlos. Algunos creen que la utilización de polímeros flexibles puede ser un buen camino. Incluso copiar la estructura tridimensional de un ojo facetado de insecto es ahora posible.
La naturaleza ha encontrado diversas maneras de formar una imagen mediante el enfoque de rayos de luz sobre una capa fotosensible. Los ojos de mamíferos, reptiles, anfibios y peces son muy parecidos en su estructura porque provienen de un antepasado común. Son poco más o menos como una cámara cuyo objetivo es una lente simple llamada cristalino, y el papel de la película es jugado por la retina. El enfoque se consigue, en general, variando la forma del cristalino o cambiando la forma del globo ocular.
La ballena por ejemplo posee un sistema hidráulico que varía la forma de globo ocular para cambiar la distancia del cristalino a la retina y conseguir así enfocar la imagen. Luke Lee y Robert Szema (University of California, Berkeley) ya han creado una versión de ojo de ballena gracias a una lente dinámica plástica barata que cambia su curvatura mediante la aplicación de una presión.
Los objetivos de ojo de pez actuales, que proporcionan un ángulo de visión muy grande, son muy complicados y caros debido a la gran cantidad de lentes que contienen. Con el nuevo sistema se puede controlar la curvatura de la lente, y estos objetivos serían mucho más baratos y efectivos.
De momento sólo dispone de unos prototipos. En el futuro veremos si la idea cuaja comercialmente.
En el caso de los insectos los ojos están compuestos de miles de lentes que proporcionan cada una un “pixel” de imagen. No son miles de ojos, sino un ojo compuesto cuyos componentes funcionan separadamente, con su lente, su cámara y su célula fotosensible. Los ojos de las libélulas cuentan con 30.000 componentes. Esos 30.000 píxeles les proporcionan 360 grados de visión. Todos estos “píxeles” son procesados simultáneamente en el ojo y permite a estos insectos tener una detección del movimiento muy eficiente.
Robert Olberg de Union College en Schenectady (New York) quiere conseguir un sistema de captación de imagen panorámico de 180 grados usando este sistema. Para ello combina lentes de polímero con guías de ondas que transmiten la luz hasta los fotodetectores.
Combinando dos de estos dispositivos se obtendría una cámara omnidireccional que cubriría 360 grados. Podría ser utilizado para vigilancia, o en su versión pequeña podría ser ingerido por un paciente para que los médicos observen el interior de su cuerpo sin preocuparse de hacia donde apunta la cámara.
Quizás es verdad que la naturaleza es sabia y por tanto haya que copiar más brillantes soluciones que ella encontró hace mucho tiempo.
Fuente. TheScientificCartoonist.

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martes, 31 de julio de 2007

La deforestación en el Mundo



Hace unos 10.000 años la mitad de la superficie del planeta estaba cubierta por bosques. Debido a la acción del hombre cada semana desaparece, a nivel mundial, una superficie forestal superior al equivalente a 325.000 campos de fútbol. La superficie de bosques existente en el mundo es de 3.870 millones de hectáreas, de acuerdo con un informe del 2001 de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre Situación de los Bosques del Mundo.
Cada año se pierden 14,2 millones de hectáreas a causa de la deforestación, y se plantan 5,2 millones, lo cual implica una disminución neta anual de 9,4 millones de hectáreas. En la actualidad ya se han perdido la mitad del total de la masa forestal mundial, estando protegido menos del 6% de los bosques del mundo. A su vez, la pérdida de bosques genera 2.000 millones de toneladas de CO2 (dióxido de carbono) al año, representando la deforestación el 25 por ciento del total de las emisiones de bióxido de carbono, uno de los gases que producen el efecto invernadero.
Cerca del 78 por ciento de los bosques primarios (bosques originales del planeta que no han sido transformados o alterados por la actividad humana industrial y que albergan, al menos, la mitad de las especies de plantas y animales terrestres del mundo, muchas de las cuales todavía no han sido descubiertas por la ciencia) han sido ya destruidos y el 22 por ciento restante están amenazados por la extracción de madera, la conversión a otros usos como la agricultura y la ganadería, la especulación, la minería, los grandes embalses, las carreteras y las pistas forestales, el crecimiento demográfico y el cambio climático. El 55% de la madera que se extrae anualmente se usa como combustible, ya sea leña o para producir carbón vegetal. Cerca de 2.000 millones de personas dependen de la leña y el carbón vegetal como fuente principal de combustible.
Según el WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) el comercio de madera es sin duda la causa principal de la pérdida de bosques, no sólo en los trópicos, sino también en los países templados y boreales que todavía tienen importantes bosques autóctonos. Afecta a más del 70 por ciento de los bosques primarios del planeta. En 1998 se consumieron 294 millones de toneladas de papel y cartón, lo que representa un consumo anual por habitante de 50 kilogramos en el mundo, aunque el consumo en muchos países africanos no llegó ni a 1 kilogramo por habitante, cifra muy alejada de los 330 kilos del norteamericano medio o los 135 kilos de España. Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, que representan menos del 15 por ciento de la población mundial, consumen el 66 por ciento del papel y cartón.
Cada tonelada de papel reciclado evita la tala de una docena de árboles, ahorra energía (de 0,25 a 0,4 toneladas equivalentes de petróleo) agua y contaminación; en general supone una mejora notable sobre la obtención de papel a partir de pasta virgen, pero el reciclaje también tiene un cierto impacto ambiental. Además, el papel puede ser reciclado varias veces (de 3 a 15 veces, según procesos y productos) pero no indefinidamente, al ir perdiendo calidad y ser necesario añadir una cantidad mayor o menor de fibras.

Desertificación.

La desaparición de bosques, por otra parte, afecta el ciclo del agua, necesario factor de equilibrio del clima y los cambios atmosféricos. La deforestación modifica los procesos de evaporación y el régimen de lluvias, con cambios climáticos inmediatos que repercuten sobre las posibilidades de supervivencia de gran cantidad de especies, en apariencia no afectadas en forma directa. La desertización es un término que se aplica a la degradación de dichas tierras, debida fundamentalmente al impacto humano.
Una de las consecuencias de la deforestación es la desertificación…
La quema anual de 13.500 km2 de bosque tropical, para transformar el terreno en áreas de cultivo o pastoreo, lleva a la desertización. Se llama así al proceso por el cual un territorio que no tenía las características climáticas de los desiertos naturales termina por adquirirlas, a causa de la destrucción de su cubierta vegetal y de la erosión. Como consecuencia de ello los suelos se empobrecen y las partículas más pequeñas se vuelan por el viento, o bien escurren con las lluvias. El suelo fértil y productivo, que necesita cientos de años para formarse, es también inestable.
Para mantener la cohesión y firmeza de sus partículas, requiere de las plantas y especialmente de sus raíces. Y si las plantas son taladas, la erosión debida al agua y al viento deja pronto al descubierto la roca viva que, sólo tras el paso de muchísimos años, podrá volver a ser aprovechada por los vegetales. La eliminación de especies arbóreas no debe exceder ciertos límites, ya que de no ser así la intervención sobre el ecosistema tendrá consecuencias gravísimas para la cadena alimentaría y para la vida misma.
Fuente. Rodolfo Coricelli

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sábado, 28 de julio de 2007

Pegamento inspirado en mejillones y salamanquesas



Desarrollan un pegamento muy eficiente y reutilizable basado en la adherencia de las patas de las salamanquesas y en el sistema de los mejillones para anclarse a las rocas que incluso funciona bajo el agua.
Cada uno de estos animales utiliza un sistema distinto. Los geckos o salamanquesas, que pueden andar incluso por el techo, tienen unas estructuras nanométricas en la palma de sus manos que les proporciona fuerza de adhesión. Tiene la ventaja de poder usar su adhesivo un número indefinido de veces, pero no funciona en superficies mojadas.
El mejillón por el contrario puede anclarse bajo el agua a las rocas con muchísima fuerza, pero una vez lo hace se queda ahí para siempre.
La patas de las salamanquesas están cubiertas por miles de pelillos con forma de seta. Cada seta se ramifica en cientos de fibras de tamaño nanométrico llamadas espátulas que se adhieren a las superficies gracias a las fuerzas de Van der Waals. Estas fuerzas son muy débiles, pero como hay miles de estas estructuras la suma de todas las fuerzas proporciona mucha adhesión.
Varios grupos de investigadores han tratado de reproducir este sistema para utilizarlo en aplicaciones prácticas, pero estos productos necesitan aplicarse sobre superficies secas para que funcionen, ya que las moléculas de agua entre las fibras y la superficie disminuyen las fuerzas de Van der Waals.
Phillip Messersmith y sus colaboradores de Northwestern University (Illinois, EEUU) estudiaron el sistema de adhesión del mejillón. Éste está basado en una proteína que este molusco segrega. Decidieron combinar ambos conceptos en uno solo. De este modo crearon con un polímero una superficie con nanoestructuras en forma de pilares (y que imitaba las patas de los geckos) y las sumergieron en una disolución que contenía otros polímeros que imitaban a las proteínas del mejillón. El resultado es un adhesivo de quita y pon que funciona incluso bajo el agua.
La proteína segregada por los mejillones está compuesta por un aminoácido inusual, el catecol, que crea enlaces químicos fuertes sobre superficies orgánicas e inorgánicas en condiciones húmedas. Para su imitación los investigadores usaron un aminoácido llamado DOMA (3,4-dihidroxifenilalanina).
El próximo paso que quieren dar estos investigadores es escalar este adhesivo híbrido denominado geckel a un tamaño adecuado para su uso práctico. De momento los prototipos de post its de geckel miden sólo un centímetro cuadrado.
Una vez hecho esto y comercializado, se sugiere que se podría utilizar en medicina para la sutura de heridas y o en suturas tras operaciones quirúrgicas, ya que el organismo suele estar húmedo.
También se especula sobre vehículos submarino que se adhieran a las rocas (no mencionan post it para buzos).
Este desarrollo muestra lo interesante y bonito que es la copia y desarrollo ingenieril de estructuras naturales que han sido optimizadas por millones de años de evolución biológica. Siempre se puede aprender algo de la Naturaleza.
Fuente. DeScientíficCartoonist. Rodolfo Coricelli

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viernes, 27 de julio de 2007

El Poder de los Besos.



Una de las primera preguntas que hay que hacerse sobre este cometido es: ¿sabe usted besar? El número de formas diferentes de besar es innumerable, según el Kamasutra, antiguo texto hindú que trata sobre el comportamiento sexual del hombre, existen 30 formas diferentes de

besar. beso palpitante; beso que enciende el amor; beso de recuerdo de la pasión; beso que despierta.

El autor William Cane en su libro "The Art of Kissing" (El Arte de Besar), describe diferentes modalidades del beso: beso de los ojos; beso eléctrico; beso francés…

La palabra beso proviene del latín Basium –acción de besar- y besar del latín basiare, tocar algunas cosas con los labios contrayéndolos y dilatándolos suavemente, para manifestar amor, amistad, o reverencia. El beso es la forma más clara de expresar cariño, expresar sentimientos, emociones y pasiones y la boca, según la teoría freudiana, es el primer lugar donde se asienta el deseo sexual.

La encuesta de las diferentes modalidades del beso, reveló que a las mujeres les gusta ser besadas en el cuello, más del 97% de las mujeres calificaron la zona del cuello como intensamente erótica. La boca es la parte más móvil del cuerpo y un beso apasionado activa nada menos que 34 músculos mientras que un beso en la mejilla sólo activa doce músculos faciales. A su vez, estudios médicos afirman que un beso apasionado provoca la subida de la presión sanguínea y el pulso se acelera pudiendo llegar hasta 150 pulsaciones, como consecuencia de la liberación de adrenalina.

No se sabe a ciencia cierta, dónde inició la práctica de saludar con un beso o el porqué los enamorados se demuestran afecto de esta manera. Una buena pista la da Desmond Morris en El mono desnudo, donde explica de qué modo las primeras hembras de Cromagnon alimentaban a sus crías mascando previamente la comida destinada a sus hijos. Cuando el puré estaba a punto, lo pasaban de sus bocas a las bocas de sus crías.

El beso no evolucionó como expresión de cariño entre personas adultas hasta el siglo VI en Europa, cuando empieza a surgir como una forma de afecto entre personas adultas y ya no sólo en niños. En la Edad Media, el caballero que besaba a una dama estaba obligado a casarse con ella. El beso como saludo difiere en cada cultura, así en Japón, no son muy dados a besarse y menos en público. En cambio, en las culturas medio-orientales es costumbre saludarse entre hombres con tres besos: uno en cada mejilla y al final en la frente. En Francia, también es costumbre presentarse con cuatro besos.

La Química del Beso.

Alrededor de dos millones de bacterias y 40.000 microorganismos cambian de dueño después de un beso. Sin embargo, al besar, el cuerpo produce todo tipo de neuropéptidos, unas sustancias químicas que evitan las infecciones. Besar estimula la saliva, que elimina partículas de comida de los dientes, también hace disminuir el nivel ácido que causa las caries y la placa dental.

Filemamanía, es el nombre científico que recibe el deseo de besar. Según los expertos, si hay comunión mental y la suficiente atracción física en el beso, el alud de procesos químicos que se suceden provoca una auténtica conmoción en el organismo. El efecto es tan abrumador que, según algunos biólogos, podría compararse a una sobredosis de anfetaminas. Durante un beso de alta intensidad aumentan los niveles de dopamina (sustancia asociada con la sensación de bienestar) y de testosterona hormona asociada al deseo sexual, y las glándulas adrenales segregan adrenalina y noradrenalina, que aumentan la presión arterial y la frecuencia cardiaca.

El virus del SIDA no se propaga con un beso, a no ser que se bese con tanta pasión que fluya sangre...

A la vez, la glándula pituitaria, situada en la base del cerebro, libera oxitocina, mágica hormona que, además de hacernos sentir como flotando, dicen que ha ayudado bastante a la perpetuación de la especie humana. Además, el acto de besarse también estimula la parte del cerebro que libera endorfinas (hormonas de la felicidad) en el torrente sanguíneo creando una sensación de bienestar, siendo antídoto para la depresión, y mejorando las defensas del cuerpo.

Científicamente está comprobado que el beso se compone en un 60 por ciento de agua; un 0,7 por ciento de grasa; un 0,4 por ciento de sal; un 0,7 por ciento de proteínas y millones de bacterias. Un beso de tres minutos quema sólo quince calorías. Los besos hacen que los labios se hinchen de sangre, se tiñan de rojo y brillen con la saliva. Además, los besos aumentan la secreción de saliva, que drena las células muertas y las bacterias y, por tanto, mejoran el aliento.

En Malasia una pareja china fue a juicio acusados de tomarse de la mano y besarse en público. Según estudios, los hombres que besan a sus esposas por la mañana pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más y viven unos ¡cinco años más!.

Según un estudio del Instituto Kinsey para la Investigación sobre la Sexualidad, cinco de los doce nervios craneales que afectan a las funciones cerebrales intervienen en el beso erótico y debido a las conexiones neuronales de labios, lengua y mejilla con el cerebro, un beso permite detectar en la otra persona muchos datos, entre ellos la temperatura, el gusto y el olor, entre otros datos muy interesantes.

Sin embargo, "la enfermedad del beso", otra denominación de la mononucleosis, o la enfermedad de Pfeiffer, causada por el virus de Epstein-Barr, si es transmitida a través de la saliva y afecta especialmente a adultos jóvenes y estudiantes.

Dentro del reino animal, los monos también se besan y son los bonobos o chimpancés enanos los que mejor practican el arte de besar

Fuente. TheScientificCartoonist


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