miércoles, 25 de julio de 2007

Alimentos Transgénicos



Un alimento transgénico es aquel que ha sido producido artificialmente a partir de un organismo modificado genéticamente o que cuenta con algún ingrediente de estas características. El hombre lleva varios miles de años modificando los vegetales que utiliza como alimento. Tal es el caso de muchas frutas que son productos de mezclas de diferentes plantas.
Sin embargo la ingeniería genética permite ahora llevar a cabo en pocos años y en forma controlada modificaciones que antes costaban décadas de trabajo. En 1983 se creó la primera planta transgénica y en 1994 apareció el tomate Flavr Svr, el primer alimento modificado genéticamente producido para el consumo masivo, modificado para que resistiera más tiempo después de madurar.
Mientras que el rechazo a los cultivos transgénicos y OGM (Organismos Genéticamente Modificados) está muy extendido en Europa, sin embargo, son plenamente aceptados en Estados Unidos (63%), Argentina (21%), China (4%) y otros muchos países. En el año 2003, la soja transgénica, con 41,4 millones de hectáreas representaba el 61% del área transgénica mundial; el maíz, con 15,5 millones de hectáreas, el 23% y el resto correspondía al algodón, con 7,2 millones de hectáreas y el 11% del total mundial, y a la colza, con 3,6 millones de hectáreas y el 5% del total mundial. Por tanto, como se cultivan unas 272 millones de hectáreas, ello significa que la cuarta parte corresponden a cultivos transgénicos.
Se calcula que en los próximos cinco años unos diez millones de agricultores de 25 países sembrarán 100 millones de hectáreas de cultivos transgénicos. China es uno de sus mayores aliados, fomentando que antes de diez años la mitad de los cultivos que se hagan en este país corresponderá a cosechas de productos modificados genéticamente.

Aspectos Positivos de los Alimentos Transgénicos

Casi la totalidad de los cultivos transgénicos incorporan genes bacterianos y han sido manipulados para conferirles propiedades insecticidas o de resistencia a herbicidas. En concreto, para el maíz, el cereal más esencial para alimentación de la humanidad, utilizado para la obtención del almidón, y a partir de éste glucosa y fructosa, la manipulación le ha proporcionado mayor resistencia al ataque de insectos, aumentando su producción y reduciendo el uso de insecticidas, común en este tipo de cultivos. Otras mejoras de la manipulación genética han estribado en una mayor resistencia a condiciones ambientales agresivas como heladas, sequías, distintos tipos de suelos, etc.
Los cerdos son uno de los animales donde más se ha enfatizado en su manipulación genética, al poseer órganos compatibles a los del ser humano…
En la zanahoria se ha prolongado el caroteno crujiente en el momento de ser ingerido. En el café se ha reforzado su aroma y se ha reducido el contenido en cafeína. En la patata se ha potenciado su resistencia a ser afectada por virus, se ha reducido su capacidad de absorción de aceites (durante la fritura) y se han obtenido variedades más dulces. En la soja, base para la mayoría de los productos que ingerimos (camuflados bajo la inscripción 322), ha reducido la necesidad de utilización de fertilizantes, se ha incrementado su aporte nutritivo aumentando su valor proteico y se han eliminado los componentes causantes de alergias. En la uva se han conseguido nuevas variedades sin semillas. En la achicoria se ha incrementado la dulzura en su sabor.

Aspectos negativos de los Alimentos Transgénicos

El mayor peligro que presentan los alimentos transgénicos es el desconocimiento de las consecuencias de su utilización, ya que nadie conoce ni puede predecir los efectos a largo plazo que la introducción de un gen, o de un conjunto de genes, tendrán sobre un organismo, sobre nuestra salud o sobre el medioambiente. Dicho hecho se reafirma al no haberse realizado suficientes estudios experimentales sobre los potenciales efectos adversos de los alimentos modificados genéticamente en la salud.
Los peligros para la salud pública se deben sobre todo a que la introducción del transgene (gen transgénico) conlleva la producción de proteínas completamente nuevas en el organismo modificado, que nunca han formando parte de nuestra dieta y que pueden resultar tóxicas o alergénicas. Los riesgos se incrementan con la regeneración y creación de bacterias y virus patógenos, que pueden originar y desarrollar nuevas enfermedades) y la generalización de la resistencia a los antibióticos. A su vez, el empobrecimiento de la biodiversidad conlleva la eliminación de otras especies asociadas, así como una posible pandemia.
Tan sólo 5 empresas multinacionales dirigen el total del mercado mundial de las plantas transgénicas, siendo Estados Unidos su mayor aliado…
El problema se agrava porque al ser organismos vivos se mueven, se reproducen y mutan, por lo que su futura erradicación será imposible. En las especies alógamas (de fecundación cruzada) existe la posibilidad de que una parcela sembrada con plantas transgénicas contamine con su polen a otras parcelas vecinas no transgénicas del mismo cultivo. También está la posibilidad de que al crear las variedades transgénicas resistentes a herbicidas se incrementará notablemente el uso de éstos con los posibles efectos secundarios negativos de contaminación del suelo y del agua.

Un Mundo de Intereses

Las principales empresas multinacionales químicas, las responsables de la contaminación tóxica por sustancias sintéticas nocivas o por pesticidas, controlan ahora la investigación y aplicación industrial de la ingeniería genética o por pesticidas, bajo el derecho de patentes que creará monopolios absolutos orientados sobre todo al desarrollo de cultivos resistentes a sus propios herbicidas. La Empresa Multinacional Monsanto tiene el 80% del mercado de las plantas transgénicas, seguida por Aventis con el 7%, Syngenta (antes Novartis) con el 5%, BASF con el 5% y DuPont con el 3%. Estas empresas también producen el 60% de los plaguicidas y el 23% de las semillas comerciales.
La razón como siempre es la codicia disfrazada con argumentos comerciales y políticos. Como ejemplo, la multinacional Monsanto, que manipuló las semillas de soja para hacerlas resistente a su plaguicida de amplio espectro Roundup, que supone la cuarta parte de los ingresos de esta empresa, las patentó, y ahora se las vende a los agricultores bajo estrictas condiciones de un contrato-licencia de uso, como los programas informáticos, hasta con, incluso, acceso a sus tierras de cultivo los siguientes dos años de la cosecha.
La revolución verde de los transgénicos fue una campaña de gobiernos y empresas para convencer a los agricultores de países en desarrollo para que sustituyeran cultivos autóctonos por variedades de alto rendimiento dependientes de productos químicos y fertilizantes. En la India provocó la pérdida de casi 50.000 arroces distintos, en Indonesia se han extinguido 1.500 variedades locales de arroz en los últimos 15 años. Los insecticidas y herbicidas, empleados necesariamente, causaron la pérdida de numerosas especies que vivían en los arrozales. Desde que en los años 40 Estados Unidos introdujera los insecticidas, las pérdidas de cosechas por plagas se han incrementado un 13%...
Fuente. Nature. Rodolfo Coricelli

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