Se propone un método para reducir las emisiones de dióxido de carbono cuando se usa biomasa. En este caso la idea consiste en la producción de biogás con un sistema que secuestra parte del dióxido de carbono (CO2) con lo que el sistema produce unas emisiones netas de este gas negativas.
Debido al gran problema de calentamiento global que se nos avecina los científicos piensan en nuevos métodos que ayuden a salvar el planeta e indirectamente a la raza humana del desastre. Se están haciendo muchos esfuerzos, pero de momento no se ven alternativas claras: el cultivo de biocombustibles destruye la selva virgen o reduce los alimentos destinados a humanos encareciéndolos, todavía no se ha diseñado un buen sistema de secuestro del dióxido de carbono que produce la quema de combustibles fósiles, no hay baterías que sean buenas y baratas, etc.
Johannes Lehmann de la Universidad de Cornell publica una propuesta en Nature acerca de un sistema de producción de biogás que habría que incentivar.
El sistema propuesto, que él considera además económico, consiste en la producción de biogás a partir de biomasa mediante el quemado parcial de ésta en una atmósfera sin oxígeno en lo que se denomina pirólisis a baja temperatura.
Como residuo se obtienen cenizas y carbón vegetal ricos en carbono, carbono que no va a la atmósfera en forma de CO2. El residuo resultante se puede enterrar adecuadamente para que forme parte del suelo, con lo que quedaría secuestrado de manera segura a largo plazo. El residuo fertiliza además los suelos y aumenta la retención y eficacia de los fertilizantes mejorando la producción del mismo.
Como biomasa se podrían utilizar desperdicios vegetales agrícolas, hierba, madera, etc. Estos materiales son creados por los vegetales mediante la absorción y fijado de dióxido de carbono atmosférico a través la fotosíntesis, por lo que su quema íntegra devuelve a la atmósfera el gas que fue tomado de ella. Si de algún modo conseguimos retener parte de este carbono la emisión neta sería negativa. Esto es precisamente lo que ocurre en este caso.
Aunque ya se produce biogas con sistemas similares, en este caso se consigue aumentar mucho la concentración en carbono del residuo producido durante el proceso. Concretamente en este caso se reduce la emisión de dióxido de carbono de un 12% a un 84% frente a los métodos tradicionales de utilización de biomasa en los que se quema casi toda ella hasta el final.
Naturalmente el gas obtenido se puede utilizar como fuente de energía, tanto para producir calor como electricidad o para sintetizar combustible de automoción.
Según los cálculos de Lehmann este sistema podría ahorrar un 10% de las emisiones de dióxido de carbono de los EEUU.
La producción de biocombustibles por pirólisis de baja temperatura junto con el secuestro los desechos no requiere de avances científicos fundamentales o tecnologías complicadas. Según este científico el sistema es robusto, limpio, simple y se puede utilizar en cualquier región del mundo.
La utilización de residuos vegetales, ahora poco utilizados, procedentes de la limpia de bosques o de desechos agrícolas es una manera de producción de energía mucho más barata que la producción de bioetanol a partir de maíz.
Este sistema empezaría a ser atractivo cuando se pague la tonelada de dióxido de carbono no emitida por encima de los 37 dólares. Actualmente en algunos sitios se paga a 4 dólares la tonelada no emitida, pero se espera pagarla a 25 o 85 dólares en los próximos años.
Toda idea es bienvenida, pero quizás un mundo con más de 6000 millones de habitantes necesite de muchas de estas ideas o de ideas absolutamente brillantes.
Debido al gran problema de calentamiento global que se nos avecina los científicos piensan en nuevos métodos que ayuden a salvar el planeta e indirectamente a la raza humana del desastre. Se están haciendo muchos esfuerzos, pero de momento no se ven alternativas claras: el cultivo de biocombustibles destruye la selva virgen o reduce los alimentos destinados a humanos encareciéndolos, todavía no se ha diseñado un buen sistema de secuestro del dióxido de carbono que produce la quema de combustibles fósiles, no hay baterías que sean buenas y baratas, etc.
Johannes Lehmann de la Universidad de Cornell publica una propuesta en Nature acerca de un sistema de producción de biogás que habría que incentivar.
El sistema propuesto, que él considera además económico, consiste en la producción de biogás a partir de biomasa mediante el quemado parcial de ésta en una atmósfera sin oxígeno en lo que se denomina pirólisis a baja temperatura.
Como residuo se obtienen cenizas y carbón vegetal ricos en carbono, carbono que no va a la atmósfera en forma de CO2. El residuo resultante se puede enterrar adecuadamente para que forme parte del suelo, con lo que quedaría secuestrado de manera segura a largo plazo. El residuo fertiliza además los suelos y aumenta la retención y eficacia de los fertilizantes mejorando la producción del mismo.
Como biomasa se podrían utilizar desperdicios vegetales agrícolas, hierba, madera, etc. Estos materiales son creados por los vegetales mediante la absorción y fijado de dióxido de carbono atmosférico a través la fotosíntesis, por lo que su quema íntegra devuelve a la atmósfera el gas que fue tomado de ella. Si de algún modo conseguimos retener parte de este carbono la emisión neta sería negativa. Esto es precisamente lo que ocurre en este caso.
Aunque ya se produce biogas con sistemas similares, en este caso se consigue aumentar mucho la concentración en carbono del residuo producido durante el proceso. Concretamente en este caso se reduce la emisión de dióxido de carbono de un 12% a un 84% frente a los métodos tradicionales de utilización de biomasa en los que se quema casi toda ella hasta el final.
Naturalmente el gas obtenido se puede utilizar como fuente de energía, tanto para producir calor como electricidad o para sintetizar combustible de automoción.
Según los cálculos de Lehmann este sistema podría ahorrar un 10% de las emisiones de dióxido de carbono de los EEUU.
La producción de biocombustibles por pirólisis de baja temperatura junto con el secuestro los desechos no requiere de avances científicos fundamentales o tecnologías complicadas. Según este científico el sistema es robusto, limpio, simple y se puede utilizar en cualquier región del mundo.
La utilización de residuos vegetales, ahora poco utilizados, procedentes de la limpia de bosques o de desechos agrícolas es una manera de producción de energía mucho más barata que la producción de bioetanol a partir de maíz.
Este sistema empezaría a ser atractivo cuando se pague la tonelada de dióxido de carbono no emitida por encima de los 37 dólares. Actualmente en algunos sitios se paga a 4 dólares la tonelada no emitida, pero se espera pagarla a 25 o 85 dólares en los próximos años.
Toda idea es bienvenida, pero quizás un mundo con más de 6000 millones de habitantes necesite de muchas de estas ideas o de ideas absolutamente brillantes.
1 comentario:
hola, estoy haciendo un proyecto sobre la pirolisis y quisiera saber si los valores de pago del dioxido de carbono son para Chile o de otro pais,
gracias
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