Es una agenda exhaustiva. A partir de este lunes siete de mayo, y durante 11 días, especialistas de la Organización de las Naciones Unidas llevarán a cabo 26 sesiones de trabajo en las que analizarán aspectos científicos y definirán el cronograma para la implementación del Convenio Marco en Materia de Cambio Climático.
Son más de 2.000 los expertos reunidos en la ciudad de Bonn. Y más que declaraciones, buscan lanzar acciones. El día 15, por ejemplo, uno de los talleres se centrará en las posibilidades concretas para el uso eficiente de la energía en ámbitos como la industria y el consumo privado.
En esa jornada participarán especialistas de Suecia, China, Rusia, Suiza, Holanda, la Comisión Europea y, no por último, el país anfitrión: Alemania. Una serie de bosquejos, con los temas específicos a tratar, permiten vislumbrar algunos de los muchos caminos que la ONU y otros entes internacionales estudian para revertir los efectos del calentamiento global.
La Comisión Europea llevará a la mesa de negociaciones una propuesta que delinea las metas del bloque comunitario, tanto hacia dentro como hacia afuera de éste. De acuerdo con los representantes Artur Runge-Metzger y Jean-Arnold Vinois, la Unión Europea pugnará por la reducción de las emisiones de gases invernadero de los países industrializados en 30 por ciento para el año 2020, en el marco de un acuerdo internacional.
Asimismo, se pretende "comprometer a la Unión Europea para que, aún en ausencia de un acuerdo internacional, reduzca en 20 por ciento sus emisiones de gases invernadero en el año 2020." De hecho, el 20 parece ser la cifra mágica. En ese mismo porcentaje debería incrementarse la eficiencia en el uso de la energía en Europa, así como aumentar el uso de energías renovables.
Jens Schuberth, de la Agencia Federal para el Medio Ambiente de Alemania, considera que "el uso actual no es sustentable; usamos demasiada energía y, en la mayoría de los casos, de una calidad que daña el medio ambiente." La solución, o parte de ella, radica en medidas como el uso de tecnologías industriales; por ejemplo, los sistemas de aire comprimido.
En el sector de la construcción, según el representante alemán, pueden darse incentivos a la edificación de residencias altamente eficientes en el uso de la energía. Esto implicaría la expedición de normas distintas de construcción, combinadas con programas para la promoción de tales viviendas. Sólo de esta manera, dice Schuberth en su bosquejo, podremos disociar el crecimiento económico del consumo de energía.
Una iniciativa ambiciosa en este sentido es el Programa de Inversión Climática (Klimp), implementado por el gobierno de Suecia. A través de ese medio se proporcionan fondos para programas locales de mejoramiento energético. No sólo el medio ambiente sale ganando con ello. El Klimp también fomenta la cooperación entre los niveles locales, municipales y federales del gobierno. Las primeras evaluaciones cuatrienales serán dadas a conocer este año.
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